TESTIMONIOS

TESTIMONIO DE LIBIO PEREZ

Durante años se creyó que Libio Pérez había sido el último camarada en acompañar a Pancho en su huida hacia Argentina. En realidad él fue la penúltima persona amiga que lo acompañó.

Libio fue siempre muy reservado en relación al caso de Pancho pues creía que había que ayudar en la investigación de esa forma, aportar los datos a la policía (gente especializada en investigar la represión de la dictadura) y dar toda información útil a la justicia. Siempre ha pensado que es el único camino conducente para conocer la verdad y que se haga justicia.

Percibió que circula mucha información contradictoria y versiones difíciles de confirmar. Por ello optó por entregar información sólo a los detectives a cargo, ellos saben cómo investigar y tienen los recursos y el mandato para hacerlo. Confió siempre en que la justicia sabría hacer su trabajo y castigara a los responsables.

En el trabajo de búsqueda de la verdad, el insistió en que los familiares de Pancho, tenían el papel principal para apurar la causa judicial.

Hoy ha decidido que su testimonio debe ser público.

Para leer el testimonio de Libio Pérez, pinchar aquí.

Jenny Bettancourt, 2006


TESTIMONIO DE ANGEL AMPUERO

Hola, mi nombre es Ángel Ampuero, vivo en Santiago desde el año 1977, fecha en que me vine de Punta Arenas a seguir los estudios de Ingenieria Civil, luego de terminar la Ingeniería de Ejecución en la UTE de Punta Arenas Ingresé a la UTE en 1973. Mi hermano Héctor, dos años mayor, estudiaba Operador de Plantas Químicas, y participaba en el Movimiento de Izquierda Universitaria, junto con Libio Pérez, Nelson Reyes, y Carlos Speake, que son los que mas recuerdo por que siempre llegaban a nuestra casa. Para el 11, mi hermano estaba en Santiago (UTE) haciendo unos laboratorios que no se hacían en Punta Arenas y creo que eso lo salvó de ser detenido. No supimos nada de él por varios días y debe de haber llegado después del 20 [de septiembre, 1973], No recuerdo bien.

La tarde, de los dias posteriores al 11, que puede ser 15, 16 o 17, no logro recordar con exactitud, llegó a nuestra casa, Francisco. Creo que llegó solo porque no recuerdo a otra persona. Nosotros vivíamos en el Barrio Prat, calle Salvo esquina Sargento Aldea. No recuerdo cuánto tiempo estuvo en la casa

A una hora que no recuerdo, pero debe haber sido cerca del toque de queda o pasado el toque, salimos los dos solos en el auto de mi papá que era un Studebaker viejo. Antes de salir, mi padre le pasó un jersey y una bufanda o gorro, no recuerdo bien. Tomamos la calle Salvo y subimos hacia el cerro hasta llegar a la calle Videla, que era la ultima calle con casas, de ahí para adelante comenzaba el campo. En Videla doblamos hacia el norte hasta Gral. del Canto. Ahí detuve el auto y se bajó Francisco, cruzó delante del auto hacia el lado del campo y se fue caminando hacia el interior..

Me imagino que debe haber sido hora de toque porque no había nadie en las calles y me parece que nevaba un poco, no estoy 100% seguro. No recuerdo qué hablamos en el camino ni como nos despedimos, Recuerdo si que su intención era llegar a Argentina.

No recuerdo cuándo me enteré que Francisco era el único desaparecido de la Región. Yo me vine el 77 a Santiago y después viajaba para las vacaciones mientras estudiaba. Cuando terminé de estudiar, volvía a Punta Arenas pero no encontré trabajo y me volví a Santiago. Mi hermano se fue a Europa el 76 y por varios años no viajó a Punta Arenas. Vive en Dinamarca cerca de 30 años.

Disculpa lo desordenado de mi relato y la poca precisión en fechas y recuerdos. pero al leer tu llamado sentí que era necesario que te contara lo que sabía en relación a Francisco y que ojalá ayude en algo a esclarecer la desaparición de tu hermano

Te saluda atentamente,

Ángel Ampuero


TESTIMONIO DE LUIS CARCAMO

“Soy Luis Cárcamo, estudie en la UTE y viví en Punta Arenas entre los años 1969 y 1974. Por lo tanto conocí a Pancho y compartimos juntos los sueños de esa época, pues al igual que él, milité en el MAPU. Estudiamos, además la misma carrera, Petroquímica.”

Así comienza el testimonio que desde Venezuela nos hace llegar este amigo del desaparecido Bettancourt, acogiendo el llamado que hemos formulado por encargo de Jenny Bettancourt, hermana de Pancho, quien desde Ginebra solicita a todos quienes tengan cualquier tipo de información sobre su hermano lo hagan llegar a j.bettancourt@bluewin.ch, a nuestra emisora [Radio Magallanes], o al diario La Prensa Austral, incluso guardando el anonimato si así se solicita.

Actualmente vivo en Venezuela, desde hace unos 30 años, y he sabido de la campaña para intentar saber del paradero de “mi compañero de sueños”. En lo personal he seguido el caso muy de cerca por lo antes señalado, además de que su familia vivía en San Antonio, al igual que la mía y he podido apreciar el drama que todo eso ha significado para su familia. Conocí a su abuela, a su madre y hermanas y con una enorme pena he sobrellevado este largo tiempo sin noticias de su paradero.

Para el momento del golpe de estado, yo NO me encontraba en Punta Arenas, sino en Santiago. Al regresar a Punta Arenas, a finales de septiembre, la información que había era de que Pancho se había ido a Río Gallegos. Era la versión que manejaban su novia y los compañeros que lo vieron en sus últimos momentos. Y con esa versión nos fuimos quedando sus amigos y compañeros, tanto en la UTE, como en el MAPU.

Por razones obvias no preguntábamos mucho, pero nos tranquilizaba el que sus más cercanos manejaran esa versión con bastante seguridad. Para mayor fatalidad, la familia de la casa en que Pancho se hospedaba, también fue victima del golpe y los dos hijos de la Sra. fueron detenidos, haciendo las cosas más difíciles aun, pues todos los compañeros del partido cayeron también detenidos.

Con el pasar del tiempo y al visitar a su familia en San Antonio se me fue haciendo la idea de que Pancho habría tenido un desenlace fatal. En lo personal, nunca supe de alguien, entre los presos que se iban liberando, que me diera un testimonio de haberlo visto o saber algo de Pancho en algunos de los campos de prisioneros que había en Punta Arenas. Incluso al volver a Punta Arenas, 30 años después, las respuestas eran más o menos las mismas: “Pancho se fue hacia Gallegos y al parecer nunca llegó”.

“Nadie lo vio en ninguno de los centros de prisión”, ni tampoco en Río Gallegos. Solo un rumor llego a mí en algún momento, de que un ex compañero de estudios habría reconocido el cadáver de Pancho, en circunstancias no muy detalladas. Con la convicción de que Pancho estaba a buen recaudo, nunca le dimos crédito a ese rumor. Además de que en esas circunstancias eran innumerables los rumores, con la característica de que se iban deformando con el paso de las versiones. Desgraciadamente, ese compañero, recién lo supe, ya falleció y no sería posible confirmar esa versión.

Para el momento del golpe, Pancho había asumido la secretaría general del MAPU (sector Garretón), pero él trabajaba en un campamento de ENAP, cerca de la frontera con Argentina. Al sentirse llamado, junto con los otros dirigentes de la UP, viajó a Punta Arenas con la intención de atender al llamado, pero en ese momento fue aconsejado para que viajara a Río Gallegos. En tal sentido el llamado a Pancho en su condición de dirigente del MAPU, no representaba, a mi juicio, una mayor carga política que el resto de los dirigentes. Unos se presentaron, otros fueron aprehendidos. Todos tuvieron largos periodos de prisión y fueron torturados, pero todos salvaron sus vidas.

En mi opinión, no había una “razón especial” para el llamado a Pancho. No era un elemento de “alta peligrosidad política” y de haberlo sido, (tener armas o algo similar) las autoridades militares lo habrían anunciado con bombos y platillos o le habrían hecho un juicio con tales cargos. Mi esperanza, como la de su madre y hermanas, es que a pesar del largo tiempo transcurrido, alguien pudiera tener algún testimonio. No se lo puede haber “tragado la tierra”.

Si murió en circunstancias “accidentales” y luego su cadáver fue ocultado, debe haber alguna persona que tenga alguna pizca de información al respecto, que pueda servir para llevar alivio a sus familiares y a quienes le tuvimos particular afecto. Todos los seres de esta tierra tenemos madres, hijos, hermanos, amigos. En nombre de ese sentimiento, elevo mi ruego para que la persona que tenga algún resquicio de información, se acerque a los familiares de Pancho y se vea la forma de darle a esto un desenlace menos dramático.

MUCHAS GRACIAS.

21/8/2006

Fuente: http://www.radiomagallanes.cl/noticia.php?id_not=6177


TESTIMONIO DE NELSON COLLAO

Desde Francia hemos recibido esta carta de Nelson Collao, relativa al llamado que desde Ginebra Suiza ha formulado Jenny Bettancourt, hermana del desaparecido Silvio Francisco Bettancourt.

Sr. Miguel Palma, jefe de prensa de radio Magallanes:

A través de estas líneas, quiero hacer llegar a Ud. mi testimonio en referencia al llamado internacional efectuado desde Suiza, por Jennifer Bettancourt, en relación a la triste y dramática desaparición de su hermano Francisco Bettancourt. Es mi deber de hombre libre unir mi testimonio a los tantos otros que han surgido en este emocionante llamado internacional que ha lanzado desde Suiza, la Sra. Bettancourt.

En efecto, en septiembre de 1973 yo fui obligado a cumplir la más triste de las órdenes dadas por la comandancia golpista de la época. Siendo un joven marinero, tuve la más cruel e innoble de las misiones jamás antes cumplida: el traslado de prisioneros al campo de concentración de la ISLA DAWSON.

Hace un tiempo atrás, a fines de 2004, como consecuencia de la publicación en el diario La Nación de fecha 30 de octubre de 2005, en la cual se relata mi testimonio dado en la corte de apelaciones de Santiago, en el despacho del Sr. Juan Guzmán, tuve el privilegio de conocer a una mujer impresionante por su abnegación, por su lucha, por su combate contra el olvido, y sobre todo pude constatar cómo su hermano PANCHO vive y aún está presente en ella. Un amor fraternal que sobrepasa toda fuerza humana. Viajó desde Suiza y nos encontramos acá en Francia, para tener una entrevista en lo relacionado con el traslado de prisioneros a la Isla Dawson, y lo sucedido a bordo de la Barcaza Morel.

Jamás antes, desde 1973 había tenido la oportunidad de estar frente a frente con algún familiar directo de las víctimas de la represión. Tampoco podía imaginarme que esta gran Dama, desde1973 llevara un combate contra el olvido. Relaté a ella lo sucedido en la barcaza Morel, y al final de nuestra entrevista me pidió desde lo más profundo de su ser, volver tres décadas atrás para buscar en lo más profundo de mi memoria, una imagen, un rostro, algo que pudiese haberme llamado la atención. En realidad era un grito desgarrador a la esperanza.

De una manera muy solemne, se elevó y desplegó una gran foto de su hermano Pancho.

Desgraciadamente no pude reconocerlo; fue un momento bastante emocionante. En ese instante preciso, pude comprender el dolor inmenso de la familia Bettancourt. Sentí una terrible verguenza por lo cometido, una traición a mi dignidad de hombre, un desprecio por la orden que tuve que cumplir, que en un principio no van en absoluto dentro del marco castrense.

No conocí a Pancho, pero la duda que tengo ahora es saber si entre todos esos compatriotas que trasladamos al campo de concentración, algunos de ellos encapuchados, estaba él. Cada vez pido más y más a mi memoria para tener una visión más clara de cada uno de ellos, porque tanto fue el horror que se vivió a bordo, que esas imagenes apocalípticas me pertubaron durante un largo tiempo; y es por esa razón que decidí en mi último viaje a Chile, testimoniar en la corte de apelaciones, como lo dije anteriormente.

Soy testigo de las humillaciones y vejaciones que sufrió a bordo de la Morel el gabinete del entonces Presidente de la época, excelentísimo Sr. Salvador Allende(Q.E.P.D.). Yo vi las lágrimas del Sr.José Toha (Q .E .P.D.) ; la tortura a la que fue sometido el Sr. Daniel Vergara (Q.E.P D.) en un pasillo de los camarotes del personal, que textualmente dijo al enfermero «si todo va a continuar de esta manera yo prefiero que me maten».

Pude ver el sucio trabajo del «ANCLA DOS» (servicio secreto de la Marina de la época): en una fría noche de septiembre burlando el cerco que tenían a bordo, pude ver como amordazaban, para luego amarrarlo y después lanzarlo a las frías aguas del Estrecho de Magallanes a un opositor al régimen dictatorial, estando en una posición un tanto difícil. Cuando lo recuperaron, después de haberlo arrastrado por algunos minutos en las frías aguas, no puedo certificar con exactitud si ya estaba muerto, pero en un estado hipotérmico grave, eso es seguro.

Es por esta razón, que desde que tuve conocimiento de este llamado internacional efectuado por la Sra. Jenny Bettancourt, y que encontré en vuestro sitio de internet, no podía estar ausente. En realidad es un deber de memoria. Y es en ese sentido que me dirijo a ese soldado de Chile, para decirle que los principios más nobles de toda institución castrense son: honor, disciplina y lealtad. Esto lo aprendí en 1968, cuando ingresé por primera vez a la Marina Nacional.

Si tu lees estas simples líneas, pero que al mismo tiempo son profundas por el significado que a ellas quiero dar, si tu fuiste testigo de la desaparición de Pancho; si tu sabes quién dio la orden, HABLA, no tengas miedo; puedes hacerlo anónimamente si lo deseas.

Quiero que seas uno más de entre nosotros, de antiguos militares chilenos que testimoniamos por una causa justa y verdadera, para el bien de tantas familias que hoy en día esperan una justicia a la medida de tantos y tantos sufrimientos, por un error incalificable de nuestra historia. Recupera tu honor de una buena vez.

Te pido que tengas una disciplina de consciencia tranquila, para así y de esta manera, seguir siendo leal en tus principios de HOMBRE LIBRE. No se puede hoy en día seguir torturando psicologicamente a tantas familias que esperan una respuesta.

Soldado de Chile, tu que eres heredero, o que tal ves lo fuiste como en una época yo lo fui, de esos heroicos combatientes que escribieron las más brillantes páginas de nuestra historia, para darnos la Libertad, te pido desde Francia, pais que es la cuna de los derechos humanos y de la libertad, que tengas respeto por esta familia en particular, y si sabes algo que lo digas.

Sr. PALMA es probable que pude tener indirectamente la responsabilidad de la eventual muerte de algunos prisioneros, pero todo eso yo lo asumo y estaré dispuesto a declarar si mi seguridad es garantizada en Chile, cuando los más altos tribunales de justicia así lo estimen necesario.

Sr. Miguel Palma, desde Francia, mi nueva Patria, reciba Ud. mis saludos, los más respetuosos.

Atentamente, Nelson COLLAO.

10/9/2006

Fuente: http://www.radiomagallanes.cl/noticia.php?id_not=6471